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Mitos y realidades de la presbicia

Una de las enfermedades oculares que, generalmente, padecen las personas de la tercera edad, es la presbicia. Este es un proceso de pérdida de la acomodación visual que impide enfocar objetos cercanos. Generalmente sucede después de los 40 o 45 años y progresa - o empeora - hasta los 50 o 54 años. A partir de este momento suele estabilizarse y no vuelve a cambiar.

De este padecimiento se encuentra mucha información en la Web pero, ¿qué tan cierta es la misma? En este artículo le contamos los mitos y verdades que existen en relación con el cuidado y la prevención de esta enfermedad.




“La presbicia empeora si uso gafas”


FALSO. La presbicia NO empeora al utilizar anteojos para corregir el defecto visual. Es un proceso progresivo que, con el paso de los meses, hace que sea más necesario el uso de las gafas. Si no las utiliza, no podrá ver bien de cerca.


“Con una lupa veo mejor que con mis gafas”


FALSO. Si bien las lupas que se encuentran en los supermercados las puede usar cualquier persona, NUNCA reemplazan los lentes formulados por su oftalmólogo. Recuerde que estas lupas son fabricadas en serie y no tienen en cuenta otras medidas necesarias en los lentes personalizados como por ejemplo, la distancia interpupilar. Las lupas NO son la mejor solución, ni la definitiva.


“La presbicia se cura con medicamentos”


FALSO. Esta enfermedad NO se cura ni se corrige con ejercicios, ni medicamentos tópicos. La forma más frecuente de tratarla es mediante el uso de anteojos. El tratamiento con gotas NO es efectivo a largo plazo. Solo funciona en pocos pacientes y por corto tiempo.


Los lentes de contacto ayudan a tratar la presbicia”


FALSO, no son efectivos. Por el diseño de estos, a pesar de que el paciente vea bien de lejos y de cerca con los lentes de contacto, solo se logra un 90% tanto de visión cercana como lejana y quienes son exigentes visualmente por sus ocupaciones, no logran la mejor visión.




“La presbicia se puede operar”


VERDADERO. Esta enfermedad se puede tratar con cirugía facorrefractiva, que consiste en retirar el lente cristalino con o sin catarata y reemplazarlo con el implante de un lente intraocular trifocal, logrando que ambos ojos puedan tener visión cercana, intermedia y lejana. En estos casos se puede corregir además el astigmatismo si es necesario.


La cirugía es muy peligrosa y la recuperación demora mucho”


FALSO. El procedimiento quirúrgico por facoemulsificación es uno de los procedimientos más rápidos y seguros de la medicina. Este tiene una posibilidad de éxito de al menos el 95% y bajo índice de complicaciones.

La mejoría visual generalmente se nota a las pocas horas del procedimiento y el paciente puede reiniciar la mayoría de las actividades a los pocos días de la cirugía.


“La cirugía es dolorosa”


FALSO. En la mayoría de los casos, la cirugía de catarata es realizada con anestesia local, en la cual se aplican gotas sobre el ojo. Estas son suficientes para bloquear los posibles estímulos nerviosos que generan dolor ocular. Además, se cuenta con la presencia de un anestesiólogo que administra sedantes y analgésicos para que el paciente esté tranquilo, relajado y sin dolor.


“La cirugía limita mis actividades”


FALSO. Si el procedimiento es realizado con éxito, es muy probable que desde el mismo día usted pueda realizar actividades como ver televisión, leer, usar un computador, caminar, comer. Se debe tener precauciones tales como: evitar levantar objetos pesados, hacer deportes, hacer esfuerzos físicos grandes; para lograr un adecuado control de la inflamación y una recuperación rápida.


Una de las ventajas de la cirugía moderna es que permite una recuperación muy rápida. Dependiendo del lente intraocular que se implanta, se pueden corregir defectos de visión tales como miopía, hipermetropía, astigmatismo (lente tórico) e incluso presbicia (lente trifocal), todos con la idea de no utilizar anteojos u otro tipo de corrección después de la cirugía.



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